El primer año y medio trabajó alquilando y reparando todo tipo de bicicletas, tuneando algunas y sacando de apuro a otras. “Cuando surgió la idea de poner la tienda pensé en ornamentarla con partes de bicicletas viejas que acumulaba en mi casa; de ahí surgió mi primera lámpara de reciclado únicamente con partes de bicis. Hice las primeras cinco y una vez inaugurado “El Ciclo” mis primeros clientes me compraron la primera y la llevaron a Australia”, comenta el tucumano. De ahí empezó a hacer más y más en su escaso tiempo libre. Tan bien le fue que dejó de reparar bicicletas: ahora alquila, hace y vende sus lámparas y otras piezas de reciclado de partes de bicicletas. Y a principio de este año presentó sus obras en el Festival Internacional de Reciclaje Artístico de Barcelona, donde ganó el primer premio del festival.
“La ciudad de Barcelona está cada vez más preparada para ciclistas urbanos y eso motiva cada vez más a que la gente elija esta opción saludable como medio de transporte , recreo y deporte. A muchos les interesan bicicletas estilo vintage o traen las que fueron de sus padres o abuelos para restaurarlas y dejarlas originales. Eso es lo que más se usa, al igual que las bicicletas de carretera antiguas transformarla en fixie (son las bicicletas de mensajeros de Nueva York o Londres con piñón fijo)”, describe el tucumano, ya afincado en Barcelona y que recientemente fue papá de Olivia.